martes, 10 de octubre de 2017

EL ÉXITO DE UN PSICÓPATA (2012)



Siguiendo la estela de otras grandes producciones surcoreanas como “Memories of Murder (Crónica de un Asesino en Serie)” (Bong Joon-Ho, 2003) o “I Saw The Devil” (Kim Jee-Woon, 2010), “Confession of Murder” llegó en 2012 como la primera obra de ficción del director Jung Byung-Gil después de su debut tras las cámaras con el documental “Action Boys” (2008), en el que retrataba a cinco jóvenes estudiantes de la Seoul Action School en su búsqueda por llegar a ser actores de acción. Con dos premios nacionales a sus espaldas, como son el Baek San Art al mejor guion y el Gran Bell al mejor director novel, la cinta no supone una gran novedad en ese thriller surcoreano aderezado por asesinos en serie y dosis de venganza, pero, en cambio, cumple con la clásica estrategia de este cine al lograr reformular las expectativas del espectador durante las casi dos horas de duración. 

Las ansias de notoriedad llevan a Lee Du-Sok (Park Shi-Hoo) a presentar su libro ante la sociedad surcoreana a través de los medios de comunicación. Tras haber prescrito sus crímenes, las páginas de su obra literaria describen detalladamente cada uno de los macabros asesinatos que cometió en el pasado. Después de casi 15 años, el detective Choi (Jeong Jae-Yeong), encargado del caso por aquél entonces, descubre la identidad del asesino que tantos quebraderos de cabeza le dio. Por eso mismo, no puede evitar jugar sus últimas cartas para cumplir con la justicia, redimir el recuerdo de aquellas víctimas y compensar, así, a los familiares que tanto sufrieron. Al igual que él, Han Ji-Soo (Kim Yeong-Ae), que perdió a su hija a manos de Lee Du-Sok, también clama venganza, pero, cuando el camino parecía más iluminado que nunca, aparece un hombre que dice ser el verdadero asesino.

Que un psicópata pretenda captar la atención de los medios de comunicación para llegar a ser toda una celebridad por sus barbaries no es nada nuevo, ya no sólo en la vida real, sino también en el cine. Precisamente, el personaje de Lee Du-Sok sigue al pie de la letra este tipo de perfiles desde un punto de vista de lo más macabro, como es ofrecer a la sociedad toda clase de detalles escabrosos ante las delicias de una audiencia de lo más morbosa. Tal vez, en la vida real sería más que un escándalo casi impensable, pero “Confession of Murder” nos plantea una situación que, siendo objetivos, no suena tan descabellada en un mundo regido por el sensacionalismo y el poder de las cifras. Por eso mismo, la labor realizada por Park Shi-Hoo resulta más que loable en un rol más delicado de lo que aparenta ser. El actor, cuya carrera se centra mucho más en el ámbito televisivo, regresaba a la gran pantalla después de 6 años tras el estreno de “Mr. Bullet” (Cho Kyoung-Doo, 2006), mientras que, por su parte, Jeong Jae-Yeong, uno de los rostros más conocidos tras el éxito del popular blockbuster “Silmido” (Kang Woo-Suk, 2003), acababa de participar en importantes títulos como “Castaway on the Moon” (Lee Hae-Jun, 2009) o “Moss” (Kang Woo-Suk, 2010). Decir que su actuación es más que impoluta sería quedarse corto ante un personaje de mayores registros y de máxima carga dramática con el apoyo de su compañera de reparto, la gran actriz Kim Yeong-Ae, de gran carisma y con una trayectoria totalmente envidiable que, en los últimos tiempos, ha terminado centrándose en las series televisivas de mayor audiencia.

La tensión narrativa se mantiene hasta despegar en la segunda mitad de la cinta, aunque, en cambio, su desarrollo es más pausado de lo acostumbrado en este tipo de thrillers. Tal vez juegue en su contra este aspecto, pero lo que sí es cierto es que la laberíntica trama desafía a conciencia cualquier tipo de expectativa, desembocando en un clímax a contrarreloj que dispara la adrenalina y los elementos más dramáticos. Tampoco es un largometraje que posea grandes dosis de acción en comparación con otros de similares características, sino que su principal clave reside en los contundentes diálogos, repletos de detalles, dobles sentidos y enfrentamientos esenciales que procuran un mayor dinamismo. 

El director Kim Gi-Tae se hace cargo de una fotografía que sigue la línea de sus anteriores trabajos, como la película de acción “Rough Cut” (Jang Hun, 2008) o el premiado thriller “Bedevilled” (Jang Cheol-Soo, 2010). Muy clásico y sobrio en su estilo, “Confession of Murder” desvela la gran oscuridad que se percibe en la propia narración, creando fuertes contrastes en una imagen elegante y sutil que no termina de destacar, pero que logra sacar el máximo partido a la propia historia. Junto al menos conocido compositor Kim Woo-Geun, el resultado de la obra de Jung Byung-Gil es más que loable como debut, manteniendo expectativas muy positivas en una carrera cinematográfica más pausada de lo deseable, ya que han tenido que transcurrir otros 5 años hasta que “The Villaines” (2017), su segunda obra de ficción y más que esperado trabajo, viera la luz.

Lo mejor: la sobresaliente actuación del popular Jeong Jae-Yeong. La calidad de los diálogos en instantes muy decisivos de la narración.

Lo peor: la pausada primera mitad de la cinta merma, en cierta manera, un dinamismo que, por suerte, despega en los minutos restantes.


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